6 may 2008

DESPEDIDA

Me despido de una ciudad zapatera. Como ritual del adiós iré publicando algunas entrevistas con escritores del estado y algunas reseñas sobre viajes. Empezamos con Benjamín Valdivia.

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Por Julia Cuéllar

Le faltaban las primeras hojas, estaba embadurnado en el lomo de pegamento rojo, lo abrías y era como el libro de arena de Borges, nunca volvías a ver la misma página, tenía palabras extrañas, grabados, litografías. Un día sentí una inmensa, feliz y angustiosa necesidad de completar una página donde había un poema de una pájara, lo terminé. A los 8 años con ese diccionario despastado descubrí mi necesidad por la expresión, me cuenta Benjamín Valdivia bajo el repicar de las campanas en Guanajuato.

Sus letras no siempre encontraron aprobación, en los 70’s quiso participar en un concurso de jóvenes. Escribió sobre su cotidianeidad escondiendo nombres de enemigos, de amigos, de mujeres. Su maestra de literatura consideró que el trabajo era demasiado elaborado y no lo dejó entrar al certamen. Benjamín entendió que el mundo se ve diferente a través de las letras. En su cuento no era un joven de secundaria sino un narrador de sucesos terribles de la vida, el amor y la muerte. Era posible dejar de ser uno mismo para hablar de uno, para descubrirse, decidió que quería escribir.

Su obra no trata de conflictos en el sentido de un choque, sino del conflicto que surge en las personas respecto a lo que hacen en el mundo. Su motivación es el amor, sus matices, sus contrapuntos, sus antagonismos, como la imposibilidad, la negación y la turbiedad del ánimo humano.

Así como los hombres palian el sufrimiento de un dios frente a las mujeres según su poema Origen del libro Hablar en Lenguas, Benjamín cree que el dios de la poesía palia el sufrimiento de la ausencia, cubre el hueco de lo que el mundo no es capaz de dar. Por eso parafrasea el verso de Huidobro, que el alma del oyente quede temblando, y declara que la literatura es el arte de no dejar inmóvil al que recibe las palabras.

La literatura completa la vida y cuando pasa la experiencia grandiosa queda el poema o si la experiencia aún no llega, ahí está el poema sustituyendo al mundo. Cada libro que Valdivia produce es un mensaje en un botella esperando por el lector adecuado, el que sea capaz de descifrarlo e identificarse.

Desde los 15 años escribe diario porque asume que sólo es escritor quien escribe y supera el silencio. El reto en cada nueva obra es derrotar la reiteración, el hábito de repetir la fórmula exitosa. Busca que sus proyectos sean lo que jamás ha hecho. Una vez que termina vence la tentación de la publicación, de la premura del texto, lo deja reposar para asegurarse años depués que su obra le sigue hablando, si eso sucede entonces está lista para alcanzar lectores.

Entre los libros que ya pasaron la prueba del tiempo en el género de ensayo están Indagación de lo Poético e Historia de la literatura guanajuatense; en novela El pelicano Verde y Veleidades de Numa Fernández al caer la tarde.

Actualmente toma el barroquismo de la expresión popular y lo convierte en poesía y novela. Está traduciendo El amor y la poesía de Paul Eluard y trabaja para la editorial Azafrán y Cinabrio.

2 comentarios:

CrisS dijo...

Ah yo digo que la ciudad te va a extrañar más de lo que tu a ella.

Bueno, yo si te voy a extrañar mucho

Mija, te marqué ayer no se si te llego mi mensaje de amor y paz y perdón.

Muy chido tu comentario, me gustó mucho.

JULIA CUELLAR dijo...

Criss, no me llegó tu mensaje, pero Polo me dijo que andarías a la carreras, así que o hay fijón, nos vemos después. Creo que no tengo tu celular porque te he escrito y marcado y nada. En fin, ya el cosmos se encargará de reunirnos...abrazossss