Hoy mi hijo vio el mundo desde una ventana. Para su visión estuvieron disponibles un balcón, macetas, cables, árboles y autos. De eso, desconozco qué fue lo que realmente vio, por su corta edad su visión aún no está del todo desarrollada. Gracias al cielo por eso. Se han puesto a pensar qué del mundo es lo más deseable que nuestros hijos vean primero. ¿Qué es lo que debemos ir introduciendo a su visión a través de los años?
Hay niños que despiertan y ven violencia, guerra, indiferencia. Otros ven padres corriendo al trabajo, un desayuno caliente o un hermano que lo reta. Lo que observamos va construyendo nuestra cosmovisión, creamos los conceptos que definirán nuestro ser y nuestra relación con el mundo.
Qué queremos que vea es preguntarnos qué queremos que piense, sienta, añore. Ir introduciendo el mundo a un nuevo ser no es fácil. Si le presento sólo lo mejor, corro el riesgo de mentirle, de encerrarlo en una burbuja, de volverlo insensible a las diferencias y los otros. Si le muestro lo peor, seguro preguntará ¿qué sentido tiene vivir? ¿para qué nacer? tal vez se vuelva hostil, rencoroso y misántropo. ¿Cómo lograr el equilibrio? ¿Cómo decirle que disfrutar de un cielo azul es maravilloso mientras hay quienes deben concentrarse en atrapar las pelotas que arrojan al cielo en un crucero? ¿Cómo explicarle que el amor al prójimo es la única religión incluyente cuando hay conflictos armados por los distintos nombres de Dios?
Introducir los colores, el abecedario y la papilla es lo más fácil, pero cómo descubrirle el mundo, sus antagonismos, sus dualidades, sus intersticios y coyunturas.
Hoy vio el mundo a través de una ventana, mañana saldrá a él y lo único que podré hacer será decirle: Aquí estaré, en cuerpo mientras pueda, en espíritu siempre para ti.
2 comentarios:
Lucy y Tadeo te agradecen la reflexión, compartimos tus palabras en el blog. Te queremos.
MUCHAS GRACIAS LUCY Y TADEO, Sé que ustedes justo se dedican a introducir el mundo a los más pequeños. Saludos, los amamos.
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