1 nov 2013

De invasiones extraterrestres a celulares invasores


Hoy, una invasión extraterrestre me da menos miedo que el celular que reposa a mi lado mientras duermo. ¿Quién me garantiza que mi celular no es un ojo del Gran Hermano, pendiente de que en mis sueños no traicione al sistema? Sí es muy geek ponerle un post it a la cámara de tu laptop, ipad, iphone o cualquier otro dispositivo por aquella leyenda urbana de que los primeros 10 segundos de cualquier conversación sea por skype, FB, Google, etc, se graban y llegan a una agencia que busca detectar así los comunicados terroristas, identificar los rostros de quienes atacan al sistema.

-AHHHH, cómo cree maestra- dicen mis alumnos, mientras mantienen conversaciones por whatsapp, Fb y para ellos el Gran Hermano soy yo diciendo: entrégame tu celular, estamos en clase. Eso lo consideran un verdadero ataque a su libertad de expresión, no así el que cada palabra que teclean queda registrada, cada ingreso a un sitio web, cada momento de coraje o efusividad permanece. No así el que Disney se esté colocando como el mayor monopolio del entretenimiento, forjador de los referentes simbólicos de generaciones a nivel mundial.

Estamos en el tema de cultura y sociedad y me concentro en la creación de discursos, de cómo en la actualidad un discurso dicho desde la autoridad y como verdad absoluta no produce mas que risa entre la audiencia porque al menos algo ha logrado la cultura de masas, el hacernos sentir que sabemos que no hay una sola verdad, sino múltiples percepciones . Lo paradójico es que esas múltiples percepciones sólo son distractores (al menos como se ha ido estructurando en una sociedad de masas), porque si algo busca la cultura de masas es unificar el pensamiento.  Ahí es cuando llegamos a Chomsky y sus estrategias de manipulación. De pronto a mis alumnos les cae el veinte o tienen un insight (para sonar académicos) sobre que el subir el precio de la gasolina poco a poco, el tener programas como la Rosa de Guadalupe, el televisar la boda de Derbez, tienen, desde la teoría de Chomsky, un sentido de manipulación.

Tampoco quiero que dejen de tuitear o de consumir medios, estamos inmersos en esa cultura, somos prosumidores y alejarnos no soluciona, al contrario se necesita ser crítico, hacer un esfuerzo por estar y proponer, por buscar objetivos distintos a los de la cultura de masas, aprovechando las ventajas de una era globalizada.

Cultura de masas me empieza a provocar ronchas y entonces digo "cultura de masas" es un discurso. Les cuento que ahora usamos el argumento de "narrativa transmedia" y que a partir de ahí estructuramos nuevas historias (discursos otra vez) y al contarnos narrativas complejas a través de diversos medios, con múltiples personajes redondos y sobre todo con la participación de los fans y la audiencia, estamos inmersos y siendo co-creadores de la neolengua (si usamos la metáfora de 1984), del discurso mediático de nuestra generación, de los referentes simbólicos que determinarán el código de comunicación de nuestra era, es decir, estamos creando cultura.  Lanzo la pregunta ¿Qué dice de nosotros nuestra cultura? ¿Qué buscamos, qué soñamos, en quiénes pensamos, qué creemos? ¿Quién está siendo nuestro Winston o nuestro Gran Hermano?
En la dispersión que crea lo afable, entretenido, novedoso, dinámico de nuestro discurso, estamos dejando de cuestionar, estamos dando nuestros datos por obtener una estrella virtual, un punto, un check in con la esperanza de volvernos el rey de nada. Porque ya ni siquiera tocamos, olemos, degustamos lo que ganamos y alguien si obtiene información intercambiable en el mundo de lo tangible, en el mundo del dinero: nombres, direcciones, amigos, mis gustos, estados de cuenta. Una imagen se viene a mi cabeza: Oro por espejos (así me contaban las monjas que los españoles conquistaron Tenochtitlán)

-AHHHH maestra- vuelven a decir. Uno que otro garabatea su libreta, es su resistencia al sistema representado por mí en ese salón, es su diario de Winston, el espacio donde intenta seguir siendo él, a pesar de la represión. Intento no perderme en esos círculos o dibujos de animé y sigo contando cómo el lenguaje televisivo se ha vuelto el mayor evangelizador del discurso transmedia-masivo. Remarco, el lenguaje televisivo, no la televisión, que el aparato cada vez se usa menos, no así su lenguaje presente en you tube, netflix, comerciales, etc. Uso de ejemplo Breaking Bad, The Simpsons y un alumno me jala a lo inmediato, cómo no lo vi antes:

-Maestra eso que explica pasa en Phineas & Ferb

-Exacto- digo- Ahí hay tres historias al mismo tiempo, Phineas & Ferb con una historia, Perry en otra línea temática y Candace y su mamá en otra, ninguna se cruza nunca (hasta ahora) para sorpresa del espectador (cada vez).

Yo tengo el insight, una prueba más de que Disney va preparando a su audiencia desde pequeños, de una forma sutil, divertida, casi imperceptible si no estamos haciendo conciencia constantemente de ser críticos. El discurso va permeando y de pronto estás inmerso en la neolengua. Cantas lo que el Gran Hermano escribió para las personas del barrio londinense donde se encuentran Winston y Julia, esos que por ser los más pobres no cuestionan, viven y son felices porque les han dicho que lo son, creen en su gobierno porque les han dicho que los cuida, hacen lo que se espera y se aferran a sus hábitos porque el mundo puede acabar en cualquier momento. Canta la mujer mientras cuelga la ropa, escribe George Orwell, y nosotros cantamos mientras manejamos, vamos al antro, al festival de arte. Nos han dicho que estamos bien, nos han dicho que la palabra reforma significa progreso, nos han dicho que tener es igual a ser. Decirnos es la fórmula más vieja del discurso.

Marcuse ya lo anunciaba en El Hombre Unidimensional, quién necesita la represión violenta cuando los individuos se pueden autoregular, autocensurar. Si por convicción propia creen que entregando sus datos, poniendo cámaras y micrófonos están seguros, lo harán sin darse cuenta que ceden su libertad, su intimidad, su derecho a ser individuos y no masa.

Vemos el video de James Geary sobre el poder de la metáfora:

El discurso moldea nuestra decisiones, el discurso también puede gestar nuevo conocimiento ¿cómo estar atentos de no disminuir sino potenciar la creación, la colaboración y no la masificación? ¿Qué nuevos patrones estamos creando con nuestras metáforas en el discurso?
Una narrativa puede volverse real y crear caos social, les pongo el audio de La guerra de los mundos, adaptación de Orson Wells para la radio:


Como decía la psicóloga del preescolar: "lo que el niño siente es real, independientemente del hecho. Hay que enseñarle a expresarse, pero su percepción es real". Lo mismo sucede culturalmente, lo que percibimos, nombramos a través del discurso se vuelve real, independientemente del hecho, que de no analizarse, cuestionarse, pasa casi a ser invisible. De pronto ya no tenemos botones, ni botas, ni alimento como en 1984 pero nos dicen que la producción aumentó y vitoreamos al Gran Hermano. Nos sentimos bien, independientemente de los hechos.

Mientras recojo mis libros y bolsa del escritorio pienso: -AHHH maestra, tal vez exagera- Pero otras neuronas trabajan para que recuerde en un segundo que otros también exageran entonces y que lo que Orwell y Huxley temían, puede ser real.

"La realidad no está ahí, esperando ser presenciada; la realidad es fabricada por la mente" #Proustylaneurociencia

13 oct 2013

31. 13 10 2013

Hoy nazco por trigésima primera vez. 31 años y me gusta la repetición de 1 y 3 en la fecha. Si el 2012 lo viví como un año de cierre, de transición, el 2013 sin duda lo he estado viviendo como inicio y mi cumpleaños es un gran principio. Es una sensación de apertura, de bienvenida, de agradecimiento y alegría.

Mientras espero que mi video para el FIC termine de subirse a you tube comienzo a recibir mis primeras felicitaciones en Facebook y me descubro recordando las frases que iniciaron amistades transformadoras, hermandades, amores, frases que sin duda fueron distintas, pero así las atesora mi memoria.

Quiero escribirlas aquí como homenaje a la Vida y sus encuentros nunca fortuitos, conforme pasa el tiempo voy creyendo que hay un sentido (y para mis amigos más racionalistas, sí, ya sé, yo le doy el sentido, soy solamente lo que mi conciencia produce, no hay más. Pues yo le voy dando ese sentido. Para lo más hippies como yo, hay una consciencia más grande, un orden y perfección mayor a mí, finito y con tiempo de microsegundo si me comparo con el tiempo del universo).

Aquí algunas, seguro se reconocen, no están en orden cronológico ni de importancia (todas lo son, me cambiaron) simplemente así las ordenó mi cerebro:


-Están regalando guacamayas, vayan, están bien buenas. Aquí las espero.

-Soy tu compañera del salón, se me descompuso el coche en la carretera, estoy cerca de Salamanca, ¿vienes por mí?

-Soy Julia Cuéllar, soy nueva aquí y ¿tú?
-También
- ¿Te gusta el teatro? lo digo por tu playera
-Soy actriz

-¿Puedo revisar la tarea contigo?
-Sí
-¿Eres de aquí?
-No, soy de Tacámbaro, con T, no Acámbaro, con T, está en Michoacán

-¿Eres J.A.C.S?
-Sí, ¿por qué?
-Porque ya nos conocíamos

-Hola, soy Julia Cuéllar, te entrevisté por Facebook
- Me repites tu nombre otra vez, por favor
-Julia Cuéllar
-Sí claro, ya sé quién eres

-¿Eres quien creo que eres?
-Sí, sí soy

-U.C. Editor de fotografía
-Yo también soy editora

-Bienvenida a teatro ¿Qué soñaste?

-¿Qué haces aquí?
-Aquí vivo ahora
-Justo pensé en ti

-Hola, soy Julia Cuéllar, marqué porque soy candidata para el trabajo de asistente
-Hola, soy nueva aquí, deja le pregunto a mi jefe

-Hola, soy Julia Cuéllar llamaba por el trabajo de asistente
-Ah sí, mira justo ahora necesito ayuda con...

-¿Y tú eres?
-Julia Cuéllar
-Ahh, ¿mi asistente?
-Sí
-Pásale a mi oficina y cuéntame por qué quieres trabajar aquí, qué hacías en León

-El lenguaje está vivo, cambia, hay un...
- Sí, sí, un filósofo, todos los comunicólogos lo aman, Wittgenstein
- Sí, pero tiene dos...
-Sí, sí, dos momentos, dos períodos, sí, sí


Si mañana recuerdo más le sigo, por ahora debo descansar un poco.

Gracias Vida por estos 31 años de historias memorables.




19 ago 2013

A CLASES, DE REGRESO JAMÁS


Solemos decirle de regreso a clases a ese primer día en que la ciudad vuelve a ser caótica por todas las mamás y papás que luchan (parados en el tráfico) por llegar a tiempo. Un respiro antes de quitar el freno, no resuelve nada estresarnos. Guardemos esa energía para los nuevos retos de un nuevo ciclo escolar. Un nuevo comienzo, por eso no me gusta la expresión regreso a clases, se vuelve quizá al mismo espacio físico, pero generalmente no somos las mismas personas (ni nuestros hijos, ni nosotros, ni sus maestros), sobra decir que hay incluso quien cambia de escuela. Se inician las clases, pero no se regresa, se inicia una senda de aprendizaje.

SuperBB estaba muy emocionado por entrar a su nueva escuela porque hay conejos, un caballo, gallinas, pollitos, porque estrena uniforme. Al llegar al colegio se comportó como un niño que ya conocía la experiencia de estar en una escuela, sin embargo, se mostró un poco tímido con su nueva maestra. Pude ver cómo observaba el lugar, con calma, tal vez comparando lo que conocía con lo nuevo. 

Bollito por su parte, apenas entró a su salón corrió a los materiales. No había ido a la escuela antes, pero   ha estado en contacto con lo que su madre llama juguetes (rompecabezas, torres, bloques de armar, aros, figuras que se engarzan, libros, títeres)  Tal vez la seguridad en un ambiente se logra en parte si se está familiarizado con lo que ahí sucede o con lo que hay. Bollito ahora deberá aprender a compartir, a trabajar con otros iguales y distintos a él.  Le tocará estar un tiempo fuera de casa sin mamá y sin su hermano, sin duda son grandes retos, por eso quise contemplar ese instante en que tocó con alegría las torres de hanoi rojas. Congelar en mi memoria esa sonrisa de quien disfruta encontrar algo conocido en medio de lo que está a punto de ser un ambiente de aprendizaje, de caos por ser definido, ordenado, construido. Aprender es estar vulnerable, aprehender la realidad con otros y compartir con ellos los hallazgos. 

Como mamá continúa mi aprendizaje del desapego, primero es dejar de amamantar, después dejarlo explorar con sus pares. Cualquiera con hijos pequeños sabe que algo en el corazón te va diciendo: están creciendo, revisa cómo va tu labor de madre en su seguridad, en su forma de convivir, en sus ganas de descubrir. Aunque ellos exploren los salones con la mirada o toquen las torres de hanoi seguros, como madre sabes que faltan muchos apapachos e intentos después de muchos fracasos. La escuela es sólo una pequeña parte de todo lo que una madre y sus hijos caminan juntos.

Como maestra, hoy conoceré a mis nuevos alumnos, mis nuevos compañeros en esta oportunidad de aprehender desde otros ángulos el español y la comunicación. Hay objetivos claros, mis alumnos anteriores me ayudaron a crecer: debo hablar más lento, ser más paciente. 

A clases, que en esto de aprender hay que iniciar una y otra y otra vez.

9 may 2013

Soy hija del 82 y madre del 2010


Soy hija del ’82, esa generación “Y” que regresó a vivir con los padres, que todo les consulta y termina haciendo lo que se le da la gana. Soy la generación bisagra entre lo análogo y lo digital. Crecí creyendo que el cielo era el límite, había que soñar, que trabajar, que disfrutar el momento porque estábamos en crisis y los bienes iban y venían, los amigos y la familia, sólo los verdaderos en ambos casos, seguirían contigo a pesar del oscuro silencio.

Generación desencantada, nos etiquetaban y a mí me salía salpullido, ¿desencantada? La de mi padre que es baby boomer, se le cumplió el sueño americano (universidad, casa, autos, hijos, esposa, trabajo) y zaz llegó el ’82, el ’94 y así años y años de crisis. Soy esa generación de hijos que comían atún enlatado y gozaba porque se sentía astronauta más que clase media en desgracia. Mis padres supieron mantenerme feliz, en una burbuja quizá.
Soy de esa generación en la que pocos estamos teniendo hijos y debemos responder ¿por qué quieres ser madre-padre en un México tan violento?¿Por que siendo tan joven?

Hace tres años soy madre, mi primogénito bicentenario. Sí, tal vez también construimos burbujas para estos pequeños, replicamos el modelo de nuestros padres. Algunos apostamos por el modelo de la crianza con apego, cuyo fin último es una sociedad menos violenta, más comprensiva, humana, justa y feliz. Algunos decidimos ser padres jóvenes (y eso es un rango ambiguo) para acompañar por más tiempo y con mayor vigor a nuestros hijos en sus aprendizajes.

Soy de esa generación de mamás que decidió serlo, que apoya las causas de permisos de maternidad extendidos, de trabajos de medio tiempo o desde casa, de mamás que saben que no por serlo dejaron de ser mujeres. No por estar acompañando de cerca a su hijo en los primeros años, se quedarán sin proyectos para el resto de su vida.
Esa clase de mamá que aprovecha una columna para decirle a los hijos del bicentenario: gracias por enseñarnos a ser felices en medio del caos, a ser empáticos con el dolor de un país, a ser fuertes ante las adversidades, a trabajar con base en la esperanza, a asumir la historia como fortaleza.

Sí, soy hija del 82 y madre del 2010.


8 may 2013

HARÁ TRES AÑOS QUE SOY MADRE



Recibir como primer regalo del Día de las Madres a un hijo, es maravilloso. Mañana hará tres años que soy madre, que inicié, sin saberlo, un camino en trío (mis hijos y yo), un andar para conocerme mejor. Fueron 12 horas de parto tuiteado (ojalá recuperara esos tuits) y el tiempo se hizo eterno mientras esperaba el llanto que confirma la vida.

El primer beso de la madre al hijo es la ratificación del pacto sagrado: No necesitamos estar atados por un cordón, te amo y te protejo por siempre.

El cuerpo duele inconmesurablemente, pero los pechos exigen cumplir su misión. Tu hijo come, aprendes que el amor duele y amas aún más.

Tu hijo sostiene tu dedo con toda su mano y su fuerza, en ese espacio de aire eres su única constante.

Ese asirse es mutuo, tú también requieres que tu hijo sea la constante en ese caos de cuerpo que se desbordó, se entregó, se rasgó.

Su placer es el tuyo; su llanto, el tuyo; su aprendizaje, el tuyo. Vives la empatía por primera vez, redefines el concepto de compasión.

La cicatriz es irrelevante, tu hijo te ha hecho una marca más profunda que lo que un bisturí alcanza.

La mirada te cambió, la piel dejó de ser un lienzo de vanidad y se convirtió en tu casa, en la pista de despegue y aterrizaje para tu hijo.

Ambos saben que no se pertenecen, pero le espera un caminar de retos, acercamientos, separaciones, acuerdos, celebraciones, fracasos, premios, abrazos y verdad. Una madre y un hijo son transparentes el uno para el otro, aunque intenten lo contrario.

Tu dolor es su dolor; lo que callas, es su silencio y su llanto; lo que anhelas, es su sueño.

Un hijo me enseñó a ser fuerte, el otro a ser feliz. Mañana festejo a uno de mis maestros.

La historia de una madre y un hijo comenzó hace tres años, la celebro porque es la mía y la de cada ser humano en esta Tierra.

Gracias mi amado hijo.

24 abr 2013

Libros: Mensajeros del tiempo


“¿Por qué no se detiene el mundo? ¿No ven lo que me pasa?” se pregunta Morrie Schwartz pocos minutos después de recibir la noticia de que morirá a causa de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Justo el Día Internacional del Libro, leí con mis alumnos este fragmento de Martes con mi viejo profesor de Mitch Albom

A veces es necesario que la muerte nos toque muy cerca para hacer un alto. Todos sabemos que vamos a morir, sin embargo, vivimos sin entenderlo y el día que algunas personas reciben la noticia del tiempo aproximado que les queda de vida, es el día que piden al mundo que se detenga. La lista de los pendientes prioritarios pasa a primer plano y se cuestiona el sentido de la propia existencia. En teoría, todos deberíamos de tener esa lista y esa pregunta en constante revisión, a todos nos han dicho que moriremos, pero algo cambia cuando el calendario se ve como un día menos en lugar de un día más. Algo cambia cuando vemos a la muerte casi rozarnos la mejilla: pienso en el maratón de Boston, en los femenicidios en León, en Mitch y Morrie. La literatura y la realidad se tocan hoy en la fiesta que celebra a la lectura como instrumento para mejorar la “calidad de vida y construir una sociedad fuerte y pacífica”. ¿Puede la lectura transformar nuestra realidad?

Los libros suelen llevar mensajes a través del tiempo. Les hemos encargado guardar secretos, reflexiones, sueños, hechos históricos, conocimientos, con el fin de no olvidar, de que otro sufra, goce, viva, aprenda, sea. Que otro se detenga y vea lo que pasa en un momento de máximo dolor o alegría. Que al conocer esta historia cambie, tenga una revelación. El libro es un alto en nuestro tiempo comunitario, social, a la invención de Gutenberg debemos, entre otras cosas, el que el libro sea un instrumento para ganar un espacio personal. Detrás de esas hojas reales o electrónicas, estamos solos, intentando descifrar el código de un autor, descubriendo ¿qué me dice a mí? ¿por qué debería seguir leyendo, haciendo un alto en mi vida para escucharlo a través de esta epístola que es todo libro? ¿Seré el destinatario correcto?

Podríamos decir que los libros son tuits escritos en el TimeLine de la historia, buscan ser leídos, obtener retuits, favs, citas, followers, ser trending topic o hash tag, pero sobretodo tejer una conversación, encontrar a quienes piensan, sienten, actúan igual. Buscan que detengamos el tiempo, que veamos lo que nos pasa, quieren que miremos distinto.
Un libro no es el único instrumento para detener el tiempo y enfrentarnos con el sentido de la vida, también lo hacen las bombas, la muerte. La pregunta es ¿dónde están los libros que cuentan la historia de quienes no estamos escuchando y gritan con bombas, asesinatos, violencia de género, maltrato infantil: ¿Por qué no se para el mundo? ¿qué no ven lo que me pasa?

Morrie tenía las herramientas para encontrar en su noticia calendarizada de muerte una última oportunidad para ser profesor y ver el lado positivo de la vida. Para quien no tiene esa posibilidad ¿quién le ayuda a vivir en un mundo de contrastes? ¿qué hace un libro por él o ella? ¿qué celebra hoy quien solo ve rayas y es incapaz de trazarlas? También ellos piden un alto y también saben contar historias. ¿Puede la lectura cambiar la realidad? Sí, es urgente que leamos, pero no sólo libros también los ojos, la boca, las acciones en nuestra comunidad.



5 abr 2013

Feliz Cumpleaños Ulises

Querido Ulises:

Sí, otra vez eres querido. Hoy termina mi duelo. Hoy cumples 45 años, no cualquiera llega a esa edad con sus sueños cumplidos. Eso lo admiro. ¿Por qué esta carta es pública? Porque públicamente me enteré que te habías ido. Porque así me nace, escribo y como un maestro alguna vez me dijo: nadie escribe para guardarlo en un cajón, eso es falsa modestia. Tampoco implica que esta carta sea importante para alguien más que tú y yo (o quizá sólo lo es para mí) pero también soy simbólica, ritualista y lo único que me cura es ser exhibicionista dice mi amigo psicólogo, amigo, no terapeuta. Mi terapia es la #tuiterapia y vivir cada etapa intensamente. 

Cuando fue tiempo de amarte lo hice como en ese entonces interpretaba el para siempre, el amor absoluto, el amor que venera, vive de sueños, esperanzas, que espera construir con un cómplice, con un hombre real. Cuando sentí ganas de odiarte, de olvidarte, de negarte en mi vida, lo hice, porque creo que es mejor aceptar lo que se siente para pasada la furia del vientre, moverse a lo que sigue. 

Hoy es tiempo de terminar mi duelo, vuelves a ser mi querido Ulises, porque te acepto como parte trascendental en mi vida, tuve hijos (mi mayor sueño) contigo. Aprendí un poco más sobre quién soy y qué quiero. Te perdono Ulises y me perdono al mismo tiempo, la mirada de nuestros hijos nos redime, sólo hay futuro, amor, la constante posibilidad de ser y estar plenamente. Tal vez el pasado solo sirve para decir gracias por quien soy hoy. 

Es tu cumpleaños y hay que celebrarlo porque aunque Borges lo escribe mejor, cierto es que un 5 de abril de 1968 tuviste que nacer para que un 4 o 5 de marzo nos conociéramos, un 9 de mayo nos hiciéramos padres y volviéramos a serlo un 3 de octubre, y twitter tuvo que ser inventado para que pudieras decirme adiós, sin nada de esto, nuestra historia sería otra y lo que ha sucedido hasta hoy es suficiente para celebrar. 

Hoy te nombro mi querido Ulises porque cada vez que nuestros hijos me llaman mamá (lo que sucede muchos minutos al día) sé que lo más sagrado se manifestó en mi vida porque un día te amé incondicionalmente (como escrito está en la dedicatoria de nuestro libro) y creí que moriría junto a ti.

Celebremos, tus 45, mis 30 (45/30) nuestros dos hijos y el movimiento de la vida. Gracias por haber estado, gracias por haber partido, gracias por ser hoy mi querido Ulises, otra vez.

Julia