Querido Ulises:
Sí, otra vez eres querido. Hoy termina mi duelo. Hoy cumples 45 años, no cualquiera llega a esa edad con sus sueños cumplidos. Eso lo admiro. ¿Por qué esta carta es pública? Porque públicamente me enteré que te habías ido. Porque así me nace, escribo y como un maestro alguna vez me dijo: nadie escribe para guardarlo en un cajón, eso es falsa modestia. Tampoco implica que esta carta sea importante para alguien más que tú y yo (o quizá sólo lo es para mí) pero también soy simbólica, ritualista y lo único que me cura es ser exhibicionista dice mi amigo psicólogo, amigo, no terapeuta. Mi terapia es la #tuiterapia y vivir cada etapa intensamente.
Cuando fue tiempo de amarte lo hice como en ese entonces interpretaba el para siempre, el amor absoluto, el amor que venera, vive de sueños, esperanzas, que espera construir con un cómplice, con un hombre real. Cuando sentí ganas de odiarte, de olvidarte, de negarte en mi vida, lo hice, porque creo que es mejor aceptar lo que se siente para pasada la furia del vientre, moverse a lo que sigue.
Hoy es tiempo de terminar mi duelo, vuelves a ser mi querido Ulises, porque te acepto como parte trascendental en mi vida, tuve hijos (mi mayor sueño) contigo. Aprendí un poco más sobre quién soy y qué quiero. Te perdono Ulises y me perdono al mismo tiempo, la mirada de nuestros hijos nos redime, sólo hay futuro, amor, la constante posibilidad de ser y estar plenamente. Tal vez el pasado solo sirve para decir gracias por quien soy hoy.
Es tu cumpleaños y hay que celebrarlo porque aunque Borges lo escribe mejor, cierto es que un 5 de abril de 1968 tuviste que nacer para que un 4 o 5 de marzo nos conociéramos, un 9 de mayo nos hiciéramos padres y volviéramos a serlo un 3 de octubre, y twitter tuvo que ser inventado para que pudieras decirme adiós, sin nada de esto, nuestra historia sería otra y lo que ha sucedido hasta hoy es suficiente para celebrar.
Hoy te nombro mi querido Ulises porque cada vez que nuestros hijos me llaman mamá (lo que sucede muchos minutos al día) sé que lo más sagrado se manifestó en mi vida porque un día te amé incondicionalmente (como escrito está en la dedicatoria de nuestro libro) y creí que moriría junto a ti.
Celebremos, tus 45, mis 30 (45/30) nuestros dos hijos y el movimiento de la vida. Gracias por haber estado, gracias por haber partido, gracias por ser hoy mi querido Ulises, otra vez.
Julia
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