“¿Por
qué no se detiene el mundo? ¿No ven lo que me pasa?” se pregunta Morrie Schwartz pocos minutos
después de recibir la noticia de que morirá a causa de Esclerosis
Lateral Amiotrófica (ELA). Justo el
Día Internacional del Libro, leí con mis alumnos este fragmento de Martes con
mi viejo profesor de Mitch Albom
A
veces es necesario que la muerte nos toque muy cerca para hacer un alto. Todos
sabemos que vamos a morir, sin embargo, vivimos sin entenderlo y el día que
algunas personas reciben la noticia del tiempo aproximado que les queda de
vida, es el día que piden al mundo que se detenga. La lista de los pendientes
prioritarios pasa a primer plano y se cuestiona el sentido de la propia
existencia. En teoría, todos deberíamos de tener esa lista y esa pregunta en
constante revisión, a todos nos han dicho que moriremos, pero algo cambia
cuando el calendario se ve como un día menos en lugar de un día más. Algo
cambia cuando vemos a la muerte casi rozarnos la mejilla: pienso en el maratón de Boston, en los femenicidios
en León, en Mitch y Morrie. La literatura y la realidad se tocan hoy en la
fiesta que celebra a la lectura como instrumento
para mejorar la “calidad de vida y construir una
sociedad fuerte y pacífica”. ¿Puede
la lectura transformar nuestra realidad?
Los
libros suelen llevar mensajes a través del tiempo. Les hemos encargado guardar
secretos, reflexiones, sueños, hechos históricos, conocimientos, con el fin de
no olvidar, de que otro sufra, goce, viva, aprenda, sea. Que otro se detenga y
vea lo que pasa en un momento de máximo dolor o alegría. Que al conocer esta
historia cambie, tenga una revelación. El libro es un alto en nuestro tiempo
comunitario, social, a la invención de Gutenberg debemos, entre otras cosas, el
que el libro sea un instrumento para ganar un espacio personal. Detrás de esas
hojas reales o electrónicas, estamos solos, intentando descifrar el código de
un autor, descubriendo ¿qué me dice a mí? ¿por qué debería seguir leyendo,
haciendo un alto en mi vida para escucharlo a través de esta epístola que es
todo libro? ¿Seré el destinatario correcto?
Podríamos
decir que los libros son tuits escritos en el TimeLine de la historia, buscan
ser leídos, obtener retuits, favs, citas, followers, ser trending topic o hash
tag, pero sobretodo tejer una conversación, encontrar a quienes piensan,
sienten, actúan igual. Buscan que detengamos el tiempo, que veamos lo que nos
pasa, quieren que miremos distinto.
Un
libro no es el único instrumento para detener el tiempo y enfrentarnos con el
sentido de la vida, también lo hacen las bombas, la muerte. La pregunta es
¿dónde están los libros que cuentan la historia de quienes no estamos
escuchando y gritan con bombas, asesinatos, violencia de género, maltrato
infantil: ¿Por qué no se para el mundo? ¿qué no ven lo que me pasa?
Morrie
tenía las herramientas para encontrar en su noticia calendarizada de muerte una
última oportunidad para ser profesor y ver el lado positivo de la vida. Para
quien no tiene esa posibilidad ¿quién le ayuda a vivir en un mundo de
contrastes? ¿qué hace un libro por él o ella? ¿qué celebra hoy quien solo ve
rayas y es incapaz de trazarlas? También ellos piden un alto y también saben
contar historias. ¿Puede la lectura cambiar la realidad? Sí, es urgente que
leamos, pero no sólo libros también los ojos, la boca, las acciones en nuestra
comunidad.
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