19 ago 2012

Recuerdos de segunda mano


¿Alguien compra recuerdos de segunda mano? Los vendo ahora que están frescos. Sé que no los necesitaré, no quiero verlos, una vez cuando fueron presente bastó para quererlos y amarlo a él. Son una bella historia entre un hombre y una mujer. No son distintos de cualquier otro recuerdo de amantes. Ni una sola vez he repasado lo vivido, huyo de la nostalgia, la melancolía o el arranque suicida de volver atrás. Cómprenlos, garantizo satisfacción plena. Lo dice una experta, una mujer con tantas historias borroneadas, re-escritas, re-estructuradas, re-dialogadas,  que se niega a archivar la que la hizo feliz. 

La que vendo es la mejor de todas las historias, por eso la oferto porque de lo contrario me perdería en ella por su nitidez, su locura, su relato circular, su ritmo y su pasión. Perderme en la remembranza sería matarme, aceptar mi fin como recolectora de amores perfectos pero frustrados. Aún no es tiempo de terminar mi colección, ya será y tal vez compre la que hoy vendo. A lo mejor entonces revivir esta historia será dichoso.

Siempre he vendido mis historias, infinidad de copias para aquellos que prefieren oír que vivir. Nunca antes las vendí como recuerdos sin gastar, sin re-plantear, sin narración oral.

Usted señorita de 18 años que acaba de ser votada en pleno faje, la necesita. Usted señora de 40 que nunca sintió un orgasmo le va a gustar. Usted divorciado en víspera de segundas nupcias y con hija, será su mejor despedida de soltero. El de allá, oígame, no esconda su dedo anular izquierdo, no es necesario, esta historia se lo explicará. No se vaya, abuela, su robo en caballo a sus 16 es épico, pero siempre prefirió lo lírico, cómpreme los recuerdos le agradarán.

Cualquiera, llévense estos recuerdos y déjenme una hoja blanca como pago. De ahora en adelante, aparte de recolectar amores, juntaré papel hasta armar un libro que lo diga todo sin decirlo. Por favor, ábranlo y encuéntrense, continuen con una narración que consuele a esta vendedora, incapaz de trastocar la memoria con la mirada del recuerdo después de la despedida.

 Julia Cuellar
24 septiembre 2006

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