...WHAT FREE MEN AND WOMEN CAN ACHIEVE WHEN IMAGINATION IS JOINED TO COMMON PURPOSE AND NECESSITY TO COURAGE.
Eso fue lo que vivimos ayer, como lo dijo Obama en su discurso inaugural como presidente de los Estados Unidos de América. Ayer, la imaginación unida a una causa común y la necesidad vinculada con el coraje materializaron un resultado: la presidencia de Obama.
Ayer nos cansamos de ver en televisión los diez bailes, los conciertos, los comentarios sobre el vestido de Michelle, los Bush partiendo, el océano de gente que en todo el mundo celebró no a un hombre, sino a un símbolo del cambio, un representante del futuro. Pero más cansados deberíamos de estar del tedio que nos abrumaba, de pensar que el mundo no podía ser un lugar diferente, que la humanidad había llegado a su límite y venía la decadencia, la pérdida de los sueños, de los grandes hombres, de los ideales y los Destino Manifiesto.
Ayer quedó claro que los Estados Unidos no se van, que son capaces de renovarse, reinventarse y reconstruirse. Obama no es el primer presidente que enfrenta una población desolada por la economía o la guerra, pero sí es el primero que es negro y para la historia de los Estados Unidos no es un nuevo capítulo, sino un nuevo libro, un giro inesperado, no por ello menos anhelado. El primero que después de discursos de guerra, de conflicto y de enfrentamiento dados por Bush, busca conseguir la armonía, recuperar la verdad, la igualdad, la libertad y acepta que su poder no le da derecho a hacer lo que quiere, sino lo que es prudente, así como lo hicieron otros antes que él.
Simbólicamente Obama representa que el mundo puede cambiar sus paradigmas, que puede ser diferente, que lo imposible todavía sucede. La historia cambió, en los libros quedará escrito que el 20 de enero de 2009 el primer presidente negro de los Estados Unidos se convirtió en el número 44 de los presidentes de esa nación. Quedará escrito que el mundo celebró, que la esperanza fue convocada ese día y que los valores, la cooperación humanitaria, el compromiso con una vida sustentable y la cooperación entre naciones y pueblos fue invocada, nombrada en el agenda presidencial.
Algo que me encantó del discurso de Obama es que acepta que sus deberes no son sólo con su nación sino con el mundo entero y que si su país se convirtió en potencia mundial fue porque millones y millones de personas antes que él hicieron sacrificios para que las futuras generaciones pudieran disfrutar y continuar encontrando un significado más grande que ellos mismos, que los llevara a su vez a dar lo mejor de ellos. Es la historia de los Estados Unidos, y Obama la recuenta brevemente en su discurso, personas que soñaron con algo más en otra tierra y cruzaron el atlántico; gente que exploró el oeste; otros que lucharon por expandir el poder de su nación o defender los derechos humanos.
Sé que muchos tendrán objeciones, en la exploración del oeste exterminaron a los pieles rojas, en la Segunda Guerra Mundial no buscaban salvar inocentes sino ser dueños del mundo, que si nos robaron territorio, o maltratan a nuestros inmigrantes. A ellos les digo que toda historia tiene distintas versiones, que en todas hay sangre y que el valiente dura hasta que el cobarde quiere. Que me gusta la historia de Estados Unidos por una razón, desde el principio, con los famosos Padres Fundadores, sabían lo que querían y no limitaron su ambición, lo querían todo y desde entonces no han parado. Han ido modificando reglas en el juego, jugadores y árbitros, pero sus ideales son los mismos.
Obama le dijo a lo líderes del mundo que serían juzgados por lo que construyeran, no por su capacidad de destrucción. Seguramente Obama quiere ser juzgado igual y el mundo emitirá ese juicio dentro de unos años. Mientras tanto observemos sin esperar que Obama resuelva todo, no es superman, los milagros no existen en la realidad sino son primero gestados en la imaginación, eso está sucediendo, Obama es nuestra imaginación empezando a trabajar. Neuronas no se detengan, gente no dejen de soñar, de cooperar. Como dijo Obama, el mundo cambió y nosotros tenemos que cambiar con él.
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