Busqué en lo Blanco.
Busqué en lo Negro.
Y tú estabas justo en lo medio,
pero cómo saberlo.
Sí busqué en el día,
busqué en la noche.
Busqué en la risa,
busqué en el llanto.
Busqué en el ayer,
busqué en el después,
pero estabas en el atardecer.
Ya no necesito buscarte
porque tú me encontraste.
Tus manos han calmado
la sed de mi cuerpo,
y tus ojos han domado
la angustia de mi alma.
Busqué en lo Mares.
Busqué en los Cielos.
En la paz juntos estaremos.
18 febrero 2000
1 comentario:
Siempre que ando atrapada en la melancolía tengo una curiosa necesidad de navegar entre los textos que he tenido perdidos debido al trabajo o la apatía.
Hoy, mientras buscaba líneas entre este ciberuniverso, me encontré que tenía pendiente mi visita obligada a tu hogar virtual. Y me acordé que tienes la habilidad de robarme una sonrisa o una reflexión en situaciones complejas.
Hoy son de esos días, en los que agradezco blogs como el tuyo, donde aún con lo extraño que es el día a día, siempre hay un significado desde otra perspectiva.
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