ORIENTE

Tengo visitas de Oriente, para ser precisa desde Japón. Dentro de poco vendrán visitas del Norte, ubicación específica, New York. El mundo es un huevo, eso todos lo sabemos, a cada rato nos encontramos con personas que conocen a personas demasiado cercana a nosotros y es cuando descubrimos que nos movemos en círculos, que no es tan fácil pasar inadvertido y menos si uno se empeña en narrar todo cuanto le sucede en espacios como los blogs y es que por ejemplo mi prima HANAERYCA no ha dejado de tomar fotos para su blog, así que tal vez no me lean en León pero en Japón uno que otro fan de Hana podrá ver mis artículos y enterarse de que su cantante favorita tiene una prima llamada Julia en México. Las posibilidades de encuentro son infinitas, sin embargo, nos cerramos a ellas. Vivimos exponiéndonos, exhibiéndonos pero sólo a través de aparadores (blogs, web pages, fotos de sociales, foros, chats) pero la incapacidad para abrirnos al otro, al prójimo más cercano como un hermano, un padre, un amigo, un novio está en aumento. Queremos vivir como en los tabloides, vidas emocionantes, coloridas y vacías porque el tiempo para dialogar, reflexionar, compartir la aventura interior y de crecimiento nos parece demasiado ofensivo a la libertad de no establecer contacto, intimidad o complicidad. Esta bien que los apegos condenan, pero nacimos gracias a otros, la vida muestra que se necesita de los demás. Cada quien elige comprometerse o no con las personas que va conociendo, pero cada vez hay menos personas que lo hagan y cuando dos que aman el mundo por el simple gusto de vivirlo se encuentran, un nuevo comienzo es posible. Aún hay quienes andamos jugando a estar dentro y fuera de los aparadores y hoy celebro el encontrar personas que no tienen que recorrer el mundo para predicar que aman sino que día con día lo hacen al entregarse e integrarse a la vida de quienes conocen. El amor tendrá muchos nombres en distintos idiomas pero se siente igual e inicia en la confianza.