17 feb 2008

Domingos

Hace mucho encontré el amor en domingo. Desde entonces cada domingo fue distinto, espera, llanto, fastidio, ternura, llamadas interminables, soledades inconsolables, televisores fatigados, libros hostigados, teclas trasnochadas, almohadas y un colchón como abrazo. El amor duele en la adolescencia, mata, ahoga, desperdicia el tiempo, destruye expectativas. Sin su vivencia jamás hubiera llegado a este domingo donde encontré un nuevo amor. Desde hoy cada domingo será distinto, luz, tinta, la voz que guía, los ojos que sorprenden, manos que cocinan, abrazos que encuentran corazones, retos, tranquilidad, paciencia, futuro, gozo, mundos fantásticos que emergen, realidades que se toman de la mano. El amor se construye entre adultos, vibra, se expande, disfruta el tiempo, crea posibilidades. Sin su vivencia jamás hubiera creído que existía.

3 comentarios:

Pepe Dildo dijo...
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Anónimo dijo...

Ay jules, te leo y me da mucho gusto, mucho.... La alegría se cuela en tus letras de una manera muy divertida....

Cuídate, te mando saludos desde mi visión monocular

JULIA CUELLAR dijo...

Gracias CRisss. Tú deberías escribir una crónica de una vida de cíclope, de la reunión con las brujas de León y de los amores por internet y transatlánticos, jajaja. Cuídate