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15 mar 2011

Destetar

Un día mi seno dejó de interesarle. Era su hora de comer, lo tenía recostado en mi brazo, le iba a dar el pecho pero prefirió seguir con la mirada a su papá que entraba en la recámara. Se sentó, le dio la espalda al seno que lo había alimentado desde su nacimiento, el mundo era más atractivo, su independencia iniciaba.

Tenía seis meses, según leí y me dijeron, una edad ideal para dejar de amamantar. El bebé comienza a ser más autónomo y empieza a incorporarse, pasa de estar acostado a sentarse con mayor facilidad. Empieza a reconocer que es un ser separado de la madre, con movilidad y deseos propios.

Destetar es en ocasiones más difícil para la madre que para el hijo, porque aparte de los nuevos cambios hormonales y físicos, uno se enfrenta a las primeras manifestaciones de carácter e independencia del bebé.

Mi primera reacción ante su rechazo a comer fue, es sólo momentáneo, lo distrajeron, todavía necesita de mi leche. Y volví a ofrecerle pecho, en cada ocasión bebía menos, se distraía más y eso provocaba que a cada ratito tuviera hambre. Así me seguí dos meses más, llegamos a los 8 meses y entonces decidí ofrecer biberón.

Le ofrecí biberón avent, poque no produce cólicos, por sus estándares de calidad, por que simula el pecho materno. La publicidad no convence a los bebés, no la quisó. Ni pecho, ni biberón, fue una semana de papillas y por supuesto bajó de peso. Una tía me sugirió que cambiara de biberón o de leche, podría ser que no le gustara el sabor de esa leche en polvo o que le disgutara el biberón.

Probé y resultó ser que lo que no le gustaba era el biberón. El ganador absoluto fue Gerber con una mamila delgada que simula el pezón y se adapta a la pequeña boca del bebé. Quedé impactada. Esa línea de productos ni siquiera tiene mamilas por etapas y tipo de fluído, es sólo flujo medio, flujo abundante; 4 onzas u 8 onzas. No hay más.

Lo más importante de destetar fue que aprendí que tengo que escuchar a mi hijo, estar lista para sus cambios, porque estos sucederán en su propio tiempo, a veces antes, a veces después de lo que indican los manuales y libros. Su independencia, su carácter están presentes desde esa temprana etapa en que decide explorar el mundo por sí mismo.

Destetar me dolió porque una parte de mí sintió que ya no era indispensable para él, otra que una etapa bellísima había termindado demasiado pronto. También sentí alegría de que mi hijo tuviera tan claro lo que quería, que hubiera dejado el pecho por decisión.

Cuesta escuchar a los hijos, uno cree saber lo que más les conviene, por algo es el padre-madre y ha vivido más. Me tardé en escucharlo y eso provocó que bajara de peso, que cambiaran sus rutinas de alimento y sueño. Finalmente, gracias al consejo de una tía que lo quiere como si fuera su abuela y lo supo entender primero que yo, pudimos hacer la transición al biberón e iniciar la etapa de exploración.

A mi tía le pasó algo similar con su segunda bebé. Como a su primera hija le dio biberones evenflo, a su segunda le ofreció los mismos y si algo hemos aprendido de estas anécdotas es que tenemos gustos y personalidad desde que nacemos, así que no los quiso. Probó varios y los únicos que le gustaron fueron los avent.

La moraleja de estas historias es que cada bebé escogerá el tiempo de su destete y el biberón que mejor le parezca. En términos comerciales, el cliente siempre tiene la razón. Mi recomendación es que le den a probar a su bebé distintos biberones para ayudarlo a hacer la transición del pecho al biberón.

Parece caro comprar biberones para que prueben cuál les gusta, pero después es más caro tratar de imponer el biberón que deseamos porque puede no comer, bajar de peso, tener mal humor por el hambre y la incomodidad y alterarse sus estados de sueño por el mismo desorden alimenticio, lo que terminará afectando los ciclos de sueño y alimentación de los padres.

Creo que no se debe presionar a los bebés en esta transición, escucha a tu bebé y a ti misma, el día llegará, amamantar lo más posible fortalece los lazos emocionales y la salud del pequeño. Escuchar es el secreto y aunque lo sepamos no es fácil.

9 jul 2010

¿Cómo metes los anticuerpos en una leche en polvo?

¿Cómo metes anticuerpos en la leche de fórmula? Parece una pregunta de chiste, pero es tan serie que los científicos y médicos siguen sin conocer la respuesta. Desde que Henry Nestlé inventó la primera leche en polvo para bebés en 1867, diversas compañías se han dedicado a continuar las investigaciones y producir leches mejoradas, casi tan completas como la leche materna.

El CASI es importantísimo, porque hasta ahora las leches de fórmula podrán estar enriquecidas con hierro, vitaminas, proteínas, ácido fólico, ser hipoalergénicas (para algunos lactantes, para otros son productoras de terribles cólicos y malestares) y las mil maravillas enlistadas en la lata, pero no contienen anticuerpos.

Otro gran defecto es que la leche en polvo siempre es la misma, no cambia el sabor, la textura, ni sus componentes al paso de las horas o los días. La leche materna es ingeniería tan avanzada que cambia conforme las necesidades del lactante. Los primeros días después del nacimiento se produce el calostro su función principal es surtir al recién nacido de anticuerpos que protegerán a su sistema digestivo de patógenos y facilitarán la expulsión del meconio, evitanto así el color amarillo de su piel.

Entre el día 4 y 15 de nacimiento el calostro se convierte en leche de transición, que es una leche menos amarilla, se produce en mayor cantidad y aumenta el contenido de grasa. Posteriormente a la leche se le denomina madura y cubre el 100% de las necesidades nutricionales del bebé. Tiene un aporte energético entre 70 a 76 kcal por cada 100 ml, que es lo que consumen los bebés en cada toma.

Las grasas contenidas en la leche materna ayudan al desarrollo del cerebro y psicomotor del bebé. El sentido del gusto se desarrolla porque la leche materna cambia su sabor conforme la alimentación de la madre, esto le permitirá posteriormente estar acostumbrado a la diversidad de sabores que ofrece el mundo.

La leche materna no produce reacciones alérgicas, lo cual en ocasiones sucede con las leches en fórmula pues su base es la leche de vaca. El sistema digestivo del recién nacido no está preparado para desdoblar esta leche.

Los bebés alimentados con leche de fórmula duermen más y no piden tantas veces de comer, es la premisa que ha vendido millones de latas. Eso es cierto, la leche de fórmula es tan pesada que le lleva al bebé en promedio cuatro horas digerirla,con consecuencias como terribles cólicos, estreñimiento y excrementos con grumos de leche no procesada. Por eso los doctores te dan la receta de la fórmula y debajo apuntan las gotas para el cólico, los cuales también se presentan en los bebés amantados, pero no son tan severos y se curan con arrullos y palmaditas en la espalda que liberan el aire. Los cólicos de fórmula, efectivamente sólo se curan con gotas o con Melox. Esto lo aprendí de mala manera. Por complicaciones de mi cesárea me tuvieron que medicar y me prohibieron amamantar por unos días. Mi bebé conoció la fórmula y lloró muchas horas retorciéndose como gusano con sal porque las gotas no le hacían nada y tuvimos que darle melox y aún así lloraba en cada digestión. Apenas regresó a mi leche y los cólicos disminuyeron considerablemente, las gotas pasaron a usarse una vez al día, en lugar de cada toma, no más melox, no más estreñimiento ni grumos. Por cierto, la leche de fórmula también la cambiamos varias veces, probamos más de una hipoalergénica y no hubo cambios en los cólicos. El motivo del estreñimiento en los bebés alimentados por fórmula es que ésta no contiene una hormona que ayuda a la motilidad gastrointestinal. Tampoco contiene otras decenas de hormonas que permiten el rápido fortalecimiento del sistema nervioso, muscular y la prevención de la gordura en años venideros.

En cuanto al sueño, recientes investigaciones han descubierto que la leche materna cambia por la tarde-noche y libera una hormona que induce al sueño. Hay laboratorios que están desarrollando leches que contengan esta hormona para venderlas como la fórmula noctura, así que las madres tendrán que comprar la lata matutina y la nocturna.

La otra premisa que vende fórmula es que las madres vuelvan a sus trabajos. Efectivamente, cualquiera puede dar de comer al bebé, pero lo mismo podría hacerse con leche materna. La mamá puede extraerse la leche, almacenarla y ocuparla cuando su bebé lo requiera. También existe un sistema combinado, algunas horas de fórmula y otras tantas de leche materna. Lo importante es no excluir al lactante de la leche materna.

En ocasiones las madres no producen leche o simplemente deciden no amamantar, siendo así la fórmula se convierte en su alimento. Para esos bebés lo más recomendable es que los científicos encuentren pronto la respuesta a ¿Cómo se meten anticuerpos a la leche de fórmula? Ojalá fuera tan fácil como el chiste de cómo meter 100 elefantes en un vocho.

SITIOS CON INFORMACIÓN MÁS CIENTÍFICA:

http://www.zonadiet.com/nutricion/composicionleche-materna.htm

http://www.gerber.com.mx
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Virtudes/leche/materna/potito/elpepisoc/20100712elpepisoc_1/Tes