A veces es difícil escuchar a SuperBB porque sus gritos me perforan el tímpano y si llora es peor porque la piel se me eriza. La desesperación acecha. Respiro. Recuerdo la primera vez que oí su corazón y entendí el propósito de mi oído. Bajo para encontrar nuestras miradas, para que su voz me acaricie el rostro. En ocasiones no entiendo, pero escucho sus balbuceos, sonrío la mayoría. Lo amo, sé que lo escucharé siempre, incluso cuando su lenguaje generacional o simbólico me parezca indescifrable, como hoy lo son sus primeras palabras.
Escuchar a Bollito es trabajo de relojero suizo. Su tranquilidad le impide alcanzar decibeles altos, aunque ya lo intenta. Su mirada brilla y destierra al sonido. Sus labios cantan suave cuando descansan de la risa que emiten constantemente. Escucharlo me permite saber si tiene sueño, hambre, necesita cambio de pañal o quiere que lo carguen. Escucho los ummm después de cada cucharada, oigo el aaahaah mientras juega en la tina, percibo el ujum ujum de la respiración cuando duerme. Lo escucharé siempre, emita sonidos o hable con la mirada.
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2 comentarios:
2 varones, que distintos !!!
me atrevo a vaticinar que quien te dará mas "trabajo" será el menor ;)
uy, a ver cómo me va...ya estaré escribiendo sobre eso...gracias
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